Emilio Franco Morales, de 51 años de edad, fue inoculado, nueve días después de haber sufrido un infarto, con la mal llamada vacuna contra la Covid, y tres semanas después le pusieron una segunda dosis de Pfizer. Seis meses más tarde es diagnosticado de Covid persistente, doble EPOC y enfisema pulmonar. Le ponen tratamiento con muchísimos medicamentos, incluidos benzodiazepinas y otros analgésicos potentes, los cuales no le alivian su dolor torácico, a pesar de que los médicos le vayan aumentando las dosis. Actualmente está en seguimiento en cardiología, neumología y unidad del dolor. No puede trabajar, lleva varios meses sin ningún ingreso, le han denegado la invalidez y está pendiente de un juicio para dentro de un año para ver si se la conceden. Le han dicho que la medicación no va a curarle sino que se trata de procurarle mejor calidad de vida, la cual no existe, ya que el dolor persiste a pesar de la numerosa medicación que además lo mantiene somnoliento y sin capacidad para hacer una vida normal.
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